Me siento más enfocada en la vida, me fijo más en los detalles de las cosas, hasta lo colores me son más nítidos. Tomo decisiones más convencida. Estoy más creativa y atenta.  Ya no me doy tantas vueltas al salir de casa pensando que dejé algo enchufado, ahora sé que no, por lo que me siento más contenta y segura.